martes, mayo 19, 2009


No sé si fue el viaje a la Selva, al lado de Maicol, lejos de tu madre cuando a penas cumplías los doce…o el canto de la rana minúscula que solo vos sabías encontrar en el patio de la abuela…o quizás fue Alicia, la lechuza, que se salvó gracias al empeño de hacerla comer, y que luego vivió en el árbol de mango de la abuela, ése que tanto escalaste y escalais, y donde tantas iguanas viste comer sus frutos… Pudo haber sido el halcón lisiado que se quedó a vivir por tanto tiempo en la casa…o Toifel y Shila que más que perros, eran nuestros lobos.

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