domingo, septiembre 16, 2007

EL PARTIDO COMUNISTA DE MI INFANCIA







Reflexiones en la encrucijada
Para mi querido amigo Ángel…
“Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.”
Silvio Rodríguez

I
Crónica necesaria

Nos miraba profundo, y pícaramente. Me sentaba junto a él, en el banco de mi niñez, ubicado en el patio de los pinos altos, donde el canto de los gallos, a cualquier hora, siempre anunciaba el amanecer…
Él pensaba y sentía profundo. Hablaba el lenguaje de los excluidos y de los marginados, incluyendo el código de los gallos, los insectos y los murciélagos. Al mediodía atravesaba la plaza, que nos distanciaba apenas unos metros, y se asomaba por la puerta de la cocina, y es que prefería entrar “por atrás”, y nos acompañaba a la hora del almuerzo, comentando con mi padre los acontecimientos que ocurrían en la Colombia buena y heroica por haber padecido la democracia por más de medio siglo; o en Vietnam…cuna de Ho quien junto a Mao y Castro “eran el brazo armado de la justicia divina”.
Miraba y sonreía en su convicción eterna de que siempre se joden los corrompidos y los traidores; y lo decía, justo en los años cuando la democracia venezolana asesinaba y torturaba a la esperanza...razón por la cual (decía) habría que hacer “una revolución violenta para destruir al hombre demagogo y funesto del 23 de enero”…Mi abuelo era ese espíritu indómito de la Venezuela Insurrecta y rebelde, de la Venezuela que cantaba en la sabiduría de Alí, o pintaba en la luz de Reverón, o se expresaba en la vida en César Rengifo o en la sonrisa de Aquiles Nazoa… Eran todos ellos y más, en la piel de mi abuelo. Era el momento de la traición y la bala, que anunciaba y celebraba el nacimiento de la Patria bonita y buena, décadas antes de la Revolución Bolivariana que unió a todos los rebeldes de espíritu en labores contracorrientes y necesariamente creativas; inventoras, demoledoras de los andamios que no nos dejan crecer la vida y la humanidad desde dentro…

Una avidez por los pequeños y grandes aconteceres, me atrapaba. Solo era una niña rodeada de libros vorazmente devorados por mi padre, libros que me abrazaban desde las bibliotecas que conquistaban aceleradamente las paredes de mi casa; una niña que jugaba con muñecas, gusanos y gatos en los jardines cuidadosamente diseñados y regados por mi madre. En aquel momento de nacimientos de conciencia, era la tercera de tres hermanos que ya se espigaban rumbo a la adolescencia…Dos jóvenes que siendo brillantes en el colegio y en el liceo, jamás sacrificaron sus juegos de pelota, sus peleas de la calle y sus rebeldías. Conjugaban todo en una adolescencia empeñada en perseguirme y hacerme salir de las casillas con sus juegos pesados… Mucho más tarde vendría mi hermana menor, que no conoció ni vivió la presencia del abuelo en piel, pero que sabe más que todos nosotros y nosotras de esas vivencias, que ha heredado en la palabra y las memorias que se le instalaron, (no sé cómo), en sus neuronas, en su genética, y en su combatiente belleza…Pero esa es otra historia…
Lo cierto es que yo, con mis seis años, disfrutaba los pequeños grandes acontecimientos que iban señalándome los senderos que me convertirían en una utópica-radical-poeta-soñadora con cierto grado de nostalgia inexplicable que se me venía por la sangre…y se me convertía en ojos.
Mientras mi abuelo irreverente y analfabeto con su presencia del más acá, atravesaba nuestros días; mi abuela cocinaba y hacía café con leche condensada; pequeñita con pequeñitos pasos, con ceño en permanente aflicción por la muerte prematura de su padre, a principios de siglo…Pero esa, también, es otra historia que les debo…
Lo cierto es que mi abuelo no solo atravesaba la plaza para visitarnos diariamente, no. Por la tarde, se apostaba con su radio onda corta en la placita de nuestros atardeceres, y sintonizaba Radio Habana Cuba, en su empeño por mantenerse, de verdad, informado, y eso mucho antes de que el golpe mediático tumbara y siga intentando tumbar a la Revolución Bolivariana (y a la revolución de Nuestra América)…Él no tuvo oportunidad de ver el amanecer caótico, con nubes y vendavales, con centellas que amenazan quebrarnos…Pero sin duda, nunca dudó de él, y de lo difícil que sería este tránsito hacia el verdadero empoderamiento de los pueblos.
En esas tardes de Radio Habana en la Plaza de la Shell (construida por la trasnacional que fundó colonias en el centro del sector Tierra Negra de la ciudad de Maracaibo), la policía de Betancourt daba sus rondas periódicas. Mi abuelo aumentaba el volumen cada vez que se acercaban al banco donde permanecía sentado, escuchando los discursos de Fidel…Aumentaba el volumen con gusto y con esa doble o triple intención provocadora tal vez…En una oportunidad, mi padre le dijo: “Papá, un día de estos te van a poner preso…”. Ante la exclamación, mi abuelo lo miró y le aclaró…”No mijo, si estos vienen pa’ ca a escuchar a Fidel, no a censurarme…”
Así, en ese trayecto de mi primera infancia, comencé a admirar y respetar al gallito rojo, el símbolo del Partido Comunista de Venezuela…
Ningún miembro de mi familia perteneció, pertenecía o pertenece al Partido del gallo rojo, pero lo cierto es que en cuestiones de militancia histórica, de praxis política, toda mi familia profesaba admiración y respeto por quienes pese a todos los obstáculos y trampas del imperio, y más allá, de la dominación, mantenían su postura de quijotes y su solidaridad impecable ante las injusticias del mundo.
En nuestra patria ya se vislumbraban las traiciones, que con el pretexto del Mayo Francés, el Freudomarxismo, o la invasión a Checoslovaquia, harían saltar la talanquera hacia los espacios de la democracia burguesa (democracia social o socialdemocracia) a los “convencidos” militantes de la izquierda liberadora…Unos se “aquietaron” atrapados por el nihilismo (en el mejor de los casos), otros asimilaron las reglas del juego del ya perfilado Capitalismo Salvaje, surgido triunfante unas décadas después por el derrumbe del Socialismo Real y del Muro de Berlín…
También a finales de los sesenta, la Renovación Académica atrapó la Universidad que era la casa de toda la familia. Producto del movimiento del Mayo Francés, la renovación nos permitió entender la diferencia entre el revolucionario y el adeco salvaje…En las prácticas y en las actitudes de rebeldía, se confundían sus acciones…Pero a la larga, tal y como el abuelo lo había diagnosticado. “La Rebeldía es un estado de conciencia, y no necesariamente un comportamiento…”La violencia inoportuna consolida al sistema”…” Y “de cuándo sea oportuna la violencia dependía la autenticidad revolucionaria...:”
Pues surgieron los desmanes de la Renovación en la Universidad donde mi padre era Rector; un movimiento estudiantil que ejerció la violencia de manera inoportuna, “consolidando al sistema”…y atacando bajo el signo de la lucha de clase, extrapolada al ámbito universitario, a las autoridades (“dominantes”), mientras ellos se consideraban los “dominados”…Confusión de valores, penetración del proyecto imperial en los ánimos de estudiantes que en ocasiones actuaban de buena fe, con honestidad subjetiva, pero que se convirtieron en las herramientas para socavar la autonomía, y apagar los fuegos del movimiento revolucionario emergente…
Mi padre, que siempre había asumido su misión universitaria de manera progresiva, fue el blanco de ataques de los supuestos revolucionarios…Los de izquierda lo acusaban de derecha, y los de derecha, lo acusaban de izquierda…La iglesia atacaba sin piedad, al mismo tiempo que se alegraba de la sangre comunista derramada en las calles de Santiago de Chile…
En fin, mis poros, mis neuronas, mis sentidos…se estremecían de verdades…vividas y convividas…Ya mi abuelo “Bolívar” (así le llamaban sus compañeros y amigos) no estaba; pero su palabra, su guía, su particular militancia política y su honestidad brillante, estaban en la filosofía de la familia, ahora enriquecida por mi padre en la Filosofía del Derecho.
Los comunistas mostraron su solidaridad con la Universidad Autónoma, los comunistas no cayeron en la trampa del Imperio y del plan de penetración de la CIA en las universidades del mundo…
Los comunistas se erigían como una referencia de honestidad una vez más…Y una vez más demostraban que había una convicción y una coincidencia…Había honestidad y compromiso.
Ya cuando el Cono Sur se estremeció de dolor y diáspora por las dictaduras implantadas por el imperio bajo la denominación de “Plan Cóndor”, ya mi niñez alcanzaba la adolescencia, ya comenzaba mi canto militante al cobijo de las sonoridades latinoamericanas, alimentada por los textos de los poetas de la resistencia…
Con Chile, con Argentina y Uruguay; con Centroamérica mil veces intervenida y mil veces herida…fui cantando con Esther María Osses, Alí Primera, Lilia Vera, Gloria Martín, Carbonell, Viglietti y Zitarrosa, Ernesto Cardenal…León Felipe, Los Olimareños, los Hermanos Parra, Carlos Puebla…Silvio y Pablo…Amaury, y tantos y tantos…Lo cierto es que Cuba se convirtió en la referencia fundamental, en la patria de Fidel, el Quijote triunfador…Y los comunistas siguieron cerca, cerquita de mi corazón, como siempre, como ahora mismo que me atrevo a reflexionar sobre su actual encrucijada, después de esta historia de amor que tiene como signo un Gallo Rojo.
Toda mi vida de votante, voté por el Gallito, ése que cantaban nulo, en tiempos del Acta Mata Voto en mi sufrido país…Siempre estuve en las filas de quienes reconocían la honestidad de un partido, y las enseñanzas de un Manifiesto que inspiraba igualdad, colectivo, con-unión…
II
Nuestro Occidente no es Occidente

Marx, Engels, Lenin, Mao, Ho, el Che…Todos pensadores inspirados en el materialismo histórico, como fundamento ideológico y metodológico para superar la fase feroz del occidente depredador…En este marco, el partido comunista viajó desde el siglo XIX, hasta principios del Siglo XX, ratificando, practicando, construyendo a partir de una teoría que como fantasma ha resguardado la esperanza de los pueblos explotados del mundo. Eso es indiscutible, pese a muchas de las equivocaciones históricas que algunos dirigentes y partidos comunistas del mundo han cometido…Difícil trayectoria en un mundo convulso y complejo…Pero sin duda alguna, repito, la honestidad de proclamarse y militar en las ideas de la igualdad…es un acto heroico…que no puede compararse con ningún otro movimiento y/o partido que se perfile como revolucionario…
Confieso que en términos epistemológicos, siempre fui y necesité ir más allá del marxismo. Entendí que se trataba de un pensador genial que había develado la verdadera cara de un sistema económico y político perverso, mientras que Freud develaba los trasfondos del yo aparente y Nietszche llegaba al nervio más allá de los sistemas económicos y políticos, llegaba al nervio de la cultura judeocristiana, al origen de la tragedia, al momento en el que la alteración de los valores puso al hombre en el centro de la vida, cuando comenzó el desequilibrio ecológico, ético y estético del mundo occidental…Los Maestros de la Sospecha…Los que dudaron de lo aparente…
Ahora, más allá o más acá, Marx sigue vivo y sigue dando explicaciones y herramientas para llegar a la utopía…Pero no es suficiente…No es, pues occidente y su pensamiento evolucionista, pudo advertir sobre la “Explotación del hombre por el hombre”, pero no detecta las claves de nuestra compleja realidad que pese a estar tramada, penetrada, dramatizada por Occidente…no es Occidente.
III
Una nueva era

Late en Nuestra América y en cada geografía del planeta, un inconsciente colectivo, o una memoria, una cultura, o un silencio o un dramático olvido, una realidad que no se desmonta o de decodifica en términos estrictamente marxistas…
Así, el siglo XXI nos encontró en un proceso bolivariano, martiano, artiguista…robinsoniano, que tuvo que saltar todo un episodio moderno, para remontarse en espíritu y reflexión más allá de los propios libertadores del continente; llegar al Popol Vu, llegar a la sabiduría oral y comunitaria, a las “tradiciones futuras” de nuestros pueblos originarios; descubrir también en la veta de los tiempos que nos viven en uno solo, los mensajes de amor y resistencia de los pueblos africanos que nos corren por las venas; escuchar el vocablo “al-aldaluz”(cultura que dio origen a la Andalucía que no conoce térmicos medios), la tristeza de los íberos, el frenesí de la Europa hecha “pólvora y barreno”…Tantas aristas de vida y muerte, tantos códigos clausurados, tantos pensamientos como cabos sueltos en la historia que nos vive en un solo tiempo…
Todos los tiempos conviviendo en un solo tiempo que hoy se asoma gracias a “un atrevido”, que reta al porvenir sin derecho” que conjuga todos los tiempos en un solo compás de acciones, un atrevido que no sabía, que intuía, que poetizaba, que hacía de su lucha una metáfora…que comenzó a crear nuevos hitos, que rescató los mitos y las leyendas de un pueblo telúrico que comprende mejor esos códigos y mitos, que la realidad por siglos impuesta sobre bases falsas, a punta de bala y filo...
Un ser de carne y huesos llaneros, que hurga en sí mismo, más que en los libros, la clave de nuestra liberación…Y no se hace pueblo, porque es pueblo, es indio, negro, español, árabe…Su rostro puede mimetizarse en cualquiera de los pueblos excluidos y esperanzados…Es hoy, voz de todos ellos… y ellas.
IV
Diagnóstico del proceso emprendido hacia el PSUV

Dos reflexiones se desprenden de esta crónica-vida del Partido Comunista de mi infancia…
1.- Esta historia me nace, para confesar mi fe…Mi fe en la necesidad de seguir saltando obstáculos hacia el futuro incierto, seguir empujando las transformaciones de manera caótica, sin planificación alguna…en Con-unión…Y es que no hay tiempo para cuentas, ni “planificaciones científicas”, no hay tiempo para esperar la maduración de los procesos…No hay tiempo para formar los cuadros o concienciar las masas; la humanidad se nos va, y la vida sucumbe ante “el devorador de primaveras”; la humanidad dominada por los hombres y mujeres que asumieron el desarrollo y el progreso como procesos liberadores, que en realidad han sentenciado a muerte a la vida
…Van quedando hilos sueltos, van quedando baches en la carrera, hay tantos vacíos, tantos procesos incompletos, errores, caos, y lo peor, impostores, adecos-salvajes, traidores, seres y colectivos constitucionalmente definidos como reproductores y continuadores de un mundo en ruinas…que se autoproclaman revolucionarios…
Por eso creo que pese al caos (o por él), el cosmos surgirá. Después de esta carrera contra el tiempo emprendida por nuestro Líder en permanente formación…Nos queda la fe en su intuición, herramienta más poderosa que la razón, sola y sin latidos…
Nos queda comprender el cumplimiento de la meta, nos queda remontarnos antes de Marx para constituirnos “desde dentro” en un nuevo lenguaje más cercano a la vida, más originario, un lenguaje que comprenda y construya nuestra Humanidad… Una plataforma que inaugure una nueva alquimia…
El Puente nunca se rompió, el espíritu comunista, rescató, solo con la honestidad subjetiva y objetiva, lo comunitario como uno de los tesoros más vigentes del mundo amerindio…del mundo de la solidaridad; los comunistas, han cumplido el cometido…y seguirán cumpliéndolo…
2.- No estoy segura de la manera como podríamos superar nuestras propias limitaciones, no sé cómo convivir, a la hora de un Partido Unido, con movimientos y dirigentes que han comprobado en sus gramáticas, pensamientos y acciones, sus vocaciones profundamente reaccionarias…Por otro lado, pese a que pienso que debemos superar lo partidista, reclamo en nombre de la verdad histórica, que no se confunda al PPT y menos a Podemos, con la reflexión emprendida por el PCV… No pongo en duda la honestidad de algunos de sus representantes, pero la tradición y la resistencia del PCV, no tienen comparación con dichos partidos, incluyendo el MVR, supremamente coyuntural. No sé como resolver esta identidad y esta admiración, pero hace falta, caminar hacia la unidad en un nuevo formato…Una plataforma que permita redescubrir lo originario, conjugarlo con la revelación de las múltiples y diversas fuentes que nos alimentan a esta altura del principio del siglo XXI…
Marx y Lenin recorren, no como fantasmas, sino como una herramienta imprescindible, nuestras geografías ideológicas; pero también están nuestras “tradiciones futuras”, tan bien nombradas por Galeano; también se encuentra el aporte de nuestros pensadores libertarios, nuestro libertadores en acción, el aporte de la resistencia afroamericana; está nuestra memoria oral, están nuestros poetas; está Nietzsche, los posmodernos solidarios, los real-mavillosos poetas, aportando, diciéndonos desde los tiempos yuxtapuestos las múltiples verdades que nos alumbran.
Y ¿si no auspiciamos esa escuela integradora?, ¿si nos limitamos a seguir los códigos honestos, pero crípticos, hasta restringidos…para evitar riesgos y moretones?…Y ¿si no nos sentimos convocados a la Unidad de un nuevo movimiento que trascienda e integre e incluya?
V
Habrá que creer…

Creo en el riesgo de trascender, creo que debemos dar el paso y confrontar a la reacción escondida en los “continuadores”, esos de los que habla mi querido profesor Daniel Hernández…Debemos ser más y más fuertes para, desde adentro, endógenamente, integrar la lucha para un movimiento que trascienda lo partidista…y le proponga a MARX y a su postulado, fusionarse con el ideario antiimperialista del Bolívar que no pudo llegar a comprender; que debemos poner a debatir a Guaicaipuro Cuatemoc con León Felipe, y a Rosa de Luxemburgo con Bartolina Sisa; y a Nietzsche con Frei Betto o con Ernesto Cardenal, para que solucionemos el falso conflicto creado por los sacerdotes judeocristianos, alquimistas de la culpa y del odio, que no tienen nada que ver con los que creen en el Cristo Dionisíaco…
Solo un espacio integrado por los comunistas, y no constituido por ellos (o nosotros) puede inaugurar una nueva era, producto de la resistencia de nuestros camaradas, que no dieron su brazo a torcer durante los siglos de verdaderas luces…que mantuvieron despierta la esperanza que hoy construimos…
Mi abuelo, siempre tuvo razón…Amó y respetó a los comunistas que resguardaron el tesoro que quisieron arrebatarnos por siglos…
No será fácil, quizás nos cueste la vida la construcción de ese Movimiento; y por ello, cada vez que todos estos pensamientos se me cruzan en esta coyuntura de desastres y confrontaciones, recuerdo la premisa del poeta Cadenas cuando asegura que la cultura es cosa de tiempo, contra ella se estrellan las velocidades modernas…
Un tiempo para el sorbo de café en la alborada, un tiempo (y no mucho) para comenzar la tarea titánica de sacudir nuestras reflexiones anquilosadas, y fundar, a la luz de todo lo que somos capaces de pronunciar gracias a la fusión cultural, social, histórica, política, ideológico, el movimiento que logre conjugar una nueva verdad de transformación y amor…
Escuchen es que finalmente el gallo rojo está cantando la nueva aurora…

Imagen: Clara Fernandez Ortiz. Viña del Mar, Chile

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