viernes, septiembre 01, 2006

Reflexiones sobre la cultura y el lenguaje en Venezuela



Mas allá del lenguaje

En nuestro país, así como en otras naciones de nuestro continente latinoamericano y del mundo, se ha consolidado la senda que la “cultura occidental” ha planteado en términos políticos, sociales y económicos. Estamos sometidos a una gramática hegemónica que traduce una cultura de la dominación difícil de concienciar por parte de los que pregonan gestos revolucionarios, y se quedan en la superficie del problema. La gramática, sintaxis y la semántica en profundidad se hacen urgentes y valdría la pena comenzar nuestra tarea sobre la nueva forma de concebir la cultura como materia de estado, centrando nuestra preocupación en el lenguaje más allá de los términos y del idioma.
También valdría la pena en una segunda instancia (no cronológica, lo de “segunda” es sólo una forma del decir, el trabajo tiene que realizarse simultáneo), realizar una etnografía institucional, una descripción interpretativa de cómo se estructuran, funcionan y viven los organismos que se encargan de la “administración” cultural. (...también ponemos en tela de juicio la posibilidad de que la cultura se administre, pero también es una forma del decir que tenemos que recrear en función de romper los paradigmas que modelan nuestro lenguaje y por tanto nuestro modo de obrar y pensar); tendríamos que convencernos mediante el entendimiento integral (racional, pragmático y espiritual) de que la vida institucional está agotada y merecemos y requerimos una verdadera revolución institucional que arriesgue su burocracia en función de la vida que se desborda en las calles, en los barrios, en los campos y en cada lugar donde el sujeto colectivo mora con la naturaleza y con el planeta..

Atrapados

Estamos sometidos a esquemas que debemos romper, pues se acaba el tiempo de la vida ahogada entre papeles, números, y vocablos.
Un momento de silencio, grita posibilidades, alberga reflexión.
El proyecto político que sometió a Venezuela y a tantos países dominados, se define también como un hecho cultural. “La cultura ha sido un campo estratégico para el desarrollo de los diversos mecanismos de dominación del proyecto político que no acaba de fenecer.
Por un lado, existe un grupo de intelectuales y políticos profesionales que ejecutan los centros de producción de cultura de masas. Por otro lado existen los intelectuales y políticos que hasta “ahora han integrado la burocracia cultural del estado venezolano, donde la cultura es sinónima de Bellas Artes.” (1)
Las voces de la resistencia fueron sometidas a persecuciones, fracturas, omisiones, manipulaciones, presiones, asesinatos... o en etapas más cercanas, fueron ganados con repartición de becas “ ayudas, subsidios, y agregadurías culturales” a manera de sedantes.
Esta situación ligeramente descrita no ha cambiado, pues las estructuras reinantes continúan repitiendo la gramática del poder y reproduce, incluso de manera inconsciente y automática, las formas que ratifican la ideología que queremos superar...

Transformación.

Venezuela está viviendo un proceso inédito de cambio social, político, económico y cultura. Ya esa transformación es cultural. La gestión cultural debe entenderse como facilitadora de procesos que nacen en el seno de las comunidades; entendiendo que la cultura es una dimensión de la sociedad que está presente en todas las instancias de la vida. La gestión cultural tiene una naturaleza integradora que trasciende todos los ámbitos de la vida, por lo tanto debe tratarse con autonomía y recursos para llevar a cabo programas nacionales en red con lo regional y lo local, para “ejercer sus facultades de asesoría en las políticas públicas”. Cultura debe abordar las áreas de la ciencia, el arte, la salud, la educación, el deporte, el desarrollo comunitario, trabajo, ambiente, defensa, memoria, etc. La participación sería la herramienta fundamental de su nuevo concepto y el engranaje para que niños, jóvenes y adultos “creen” la conciencia y la reflexión sobre sus propias realidades sociales, y por ende, culturales.

La transformación vendrá de ese oído atento de la institución al”rumor de la barbarie”, a la mirada fija en el horizonte de “los tumultos”, que los sentimos así porque escuchamos y observamos “mediados”, por las gramáticas que no son capaces de entender el silencio esperante de un pueblo que por fin está elaborando sus respuestas en la entraña de las comunidades...

Recordemos la metáfora que el Presidente de la República nos regaló en una de sus aleccionadoras cadenas...Metáfora visual insustituible y contundente que trataré de describir....

- Ya no hay marcha atrás, escuchen...“ – dijo el Presidente y colocó su mano detrás de la oreja...precisando el sonido que de lejos le llegaba...Segundos de silencio se oyeron en el estudio de transmisión....
- ¿Escuchan? – otro silencio...
- Es el pueblo quien lo dice....no hay marcha atrás”

La transformación está allí, el pueblo tiene las respuestas nuevas y por nuevas difíciles de asimilar desde una concepción de la cultura que siempre los había marginada y considerado fuera “del sistema”.

Humildes propuestas para comenzar a laborar
A partir de una nueva gramática nacida del silencio reflexivo desde la institución permitiría escuchar “ los sonidos del silencio”. La etnografía institucional nos revelaría lo profundamente etnocéntrico que somos los burócratas de la cultura. Aprenderíamos a recibir los mensajes que desde tiempos ancestrales han latido en el silencio de los marginales de la esperanza., y a partir de allí elaboraríamos “una nueva vasija de barro para el agua fresca y tejeríamos una nueva esterilla para dormir bajo las estrellas...” (2)

“Un nuevo orden cultural en gestación desde dentro, se haría cargo de la promoción y florecimiento, esta vez de manera sustentable e integral, de estas miríadas de manifestaciones tan válidas como las que hasta el presente se han empecinado en ocupar todo el espacio geohistórico”.(3)

Horizontalizar el proceso de la gestión cultura, lograr presupuestos participativos en permanente comunicación con las comunidades, escuchar las prioridades de la vida que ellos conocen...( Ejm: Si las cloacas son la prioridad, ellas no están fuera de la cultura, son parte de ella)

“El modelo actual de relaciones entre los pueblos... (y entre las comunidades dentro de nuestro país), es la continuación del modelo colonial, ...de un modelo en que unos asumen superioridad por sobre otros, y los primeros intentan imponer su propia forma de ser, su propia cultura,... (sus modelos y concepción de vida). Este es un esquema ideológico que está presente en todas las situaciones coloniales, que no hemos superado.(4) (gramática de la dominación), y que se repite en muchas gestiones gubernamentales que hablan de revolución y no asumen el compromiso de iniciar este urgente y complejo proceso de alfabetización funcional.

El reconocimiento de la diversidad, no solo concienciándola, sino reconociéndola como condición a partir de la cual debemos construir un futuro plural. Es decir, no asumir como Estado o como organismo, la condición de catedráticos o portadores de verdad, o productores de cultura para ser llevada a la gente...

Entender que el poder creador de los pueblos está activo siempre, y la gestión cultural debe facilitar y promover los procesos creadores del pueblo en su inventiva, en su arte, en su gesto y lenguaje.

Asimilar la participación como planificación, para subvertir el orden sintáctico de la gestión. Es decir, entender que la cultura se gesta en con-unión (5) y no en planificación; y que es cosa de tiempo y no de ahorro temporal o espacial.

Realizar un diagnóstico de los lenguajes que someten e inauguran diferencias y reproducen dominaciones. Liberar los términos de ideologías dominantes...y tener cuidado por encima de todo, de los términos publicitarios y gerenciales que plantean soluciones que solo miden y clasifican y que son incapaces de sentir o pensar sobre realidades disímiles tan reales como otras.

1.- Sanoja, Mario; Vargas, Irradia. Cultura en dos tiempos. Question. Pag. 6, Caracas, julio 2003
2.- Delgado, Yolanda. De la mirada, la palabra y otros abismos. Ediluz, Maracaibo, 1996.
3.- Monsonyi, Estéban Emilio. El Idioma Español. Revista de Cultura. Conac. Año LXII, N° 319, página 19, Caracas, 2001.
4.- Monsonyi, Estéban Emilio. El Idioma Español. Revista de Cultura. Conac. Año LXII, N° 319, página 20, Caracas, 2001.
5.- Moreno, Alejandro, El Aro y la trama. Centro de Investigaciones Populares, pag.16. Caracas, 1996.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Ángel que apareció, anónimo,
para dar aviso en momento de confrontaciones...en una sala...de espera; en una sala...de compromisos de vida.
¿Que bello dibujo el Ángel y que bellas letras..!