lunes, febrero 09, 2009

Panitas...Germinó la semilla de Alí



Les cuento…
Escuchaba como todos los días, a Venezolana de Televisión…e hice un alto en mis tareas diarias…para quedarme viendo la estampa que conjuga al Cristo vivo….con el rostro de Alí: Sandino…Sandino Primera.
Ayer lo había visto increpando las manipulaciones mediáticas de Globovisión… Y sentí cómo trataba de quebrar el cascarón que lo mantenía aislado del alimento que nos dejara Alí en su obra y palabra…
Pero esta vez, fijé la mirada en su guitarra seca, en su rasgueo fuerte, tan, pero tan parecido al padre, que vencía los micrófonos malos, y los feeb back de los equipos improvisados que permitían el mítin y la comunicación con su pueblo….Y también sentí, que en la intención de palabra-canto- palabra de Sandino…estaba esa conjugación honesta que también hacía Alí…
Un silencio, lleno de lágrimas, embargó la noche…Cantó mi corazón por el bello caos de la juventud presente en la lucha, juventud que se le escapó al Plan adormecedor del Imperio, y al nuevo plan que tenía previsto el retroceso teniendo como herramientas sus estudiantes vaciados de contenidos y utopías…
¡Es que Alí tenía que aletear con nuevos cantos en el proceso que lo encarna…!
Esperábamos el milagro…No podía ser que de su semilla no naciera una conciencia cantora…La espera, dudosa, insegura, se hizo certeza cuando entre palabras y cantos, se asomó en la vida de Sandino…un canto preciso y coherente. Honesto.
Su guitarra rasgueada, a golpes de conciencia, sonó en su pecho y acompañó el canto que esperábamos…
Canto y palabra, palabra y canto…rompiendo su ansiedad de ser y estar, Alí venciendo su propio olvido, y emergiendo en la voz y el ímpetu del hijo que lo encontró, finalmente…
“No por ser hijo de Alí, tenía que seguir a Alí…No, yo me lo encontré en el camino…Me dí cuenta de que Alí y yo teníamos mucho en común…Y me di cuenta de que él es lo que estamos viviendo, ésta es su lucha…”
Vi, escuché y sentí a Alí sonriente, finalmente…Lo sentí allí, en la Plaza O’leary, mezclándose tranquilo entre la pasión estudiantil, paseándose entre los jóvenes que voceaban cantos al Bolívar que estaba de regreso….Lo sentí cantando en susurros, satisfecho, lleno de alegría, porque su canto había florecido…
Sandino lo cantó, pero también cantó en su misma asta, “Una canción que nos hable del peligro que nos espera. Si seguimos caminando sin conciencia colectiva…”
“Panitas… No se queden pegaos en su casa…Súmense al debate…decidan con base…
debemos organizarnos, los invito a todos, al debate…Para acabar con los pseudo revolucionarios…Hacen falta…muchas cosas para conseguir la paz…
¡Alí¡ ya no sólo cantas en nosotros, los que nos empeñamos en hacer circular tu necesario mensaje y tu emoción-savia de la cuarta raíz en nuestra revolución bolivariana…. NO….tu sangre es tan arrecha, que logró sortear los guiños del desatino, del mercado, de la tragedia de tu ausencia…Logró germinar…y hoy canta con nosotros…

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