miércoles, febrero 18, 2009

Sucre y el colibrí


Sucre pasó 70 años de su muerte, como lo cuenta Ramón Rocha Monroy, oculto en el altar mayor de la iglesia del Carmen de Quito, “por el excesivo celo de su viuda, doña Mariana Carcelén. Pero también porque Sucre era peligroso tanto vivo como muerto, como el Cid, como el Che, como Marcelo Quiroga Santa Cruz.”

"Sucre vivió el año más aciago de toda la historia de Latinoamérica en 1830. Cuando se derrumbó el sueño de Simón Bolívar de construir la Gran Colombia. Año en que empiezan a enfrentarse las provincias de la Gran República que había soñado el libertador.”

"De mediana estatura, aunque más alto que pequeño; delgado; la frente vasta con grandes entradas en los cabellos negros, recios y ensortijados; la piel morena por los ri¬gores de la intemperie; las cejas delgadas y perfectas, los ojos castaños, expresivos y dulces, excepto en la batalla cuando se encendían y relam¬vagueaban…El entrecejo ligeramente marcado, rara vez se acentuaba para mostrar el rostro ceñudo. Sonreíase con alguna frecuencia, y descubría los dientes blancos e iguales. No reía sino difícil y momentáneamente… Mesurado, amable, reflexivo, la discusión con los compañeros, la conversación con los ami¬gos, las órdenes a los subalternos, salían de sus labios con suave sonido como la tranquila expresión de una inteligencia cultivada, de un cri¬terio recto, de un corazón benévolo, en una palabra, de un alma su¬perior". (Salcedo Bastardo, historiador)

"Su vivir fue un reto y una an¬gustia sostenidos. Fue perenne su actitud erguida y vigilante... Castigaba sin vacilar, con rigor extremo, crímenes y corruptelas."

Salcedo cierra la idea diciendo..."Se miraba y sentíase un instrumento de paz, objeto de arte, de ancestro aborigen, adorno con cualidades a la par de sonoridad y dinamismo, y que al impulso de las circunstancias rítmico aconte¬cer de la historia, del destino y del tiempo agitado por el Dios de los pueblos, llenó al Nuevo Mundo con la sobria y eterna melodía de su presencia y sus lecciones."

Sucre y el colibrí…

Buscaba un símbolo para acompañar los trazos que revelaran a Sucre, el Mariscal. Y es que me ha dado por cantar mi compromiso, tinta y trazo en mano.
Sin mayores búsquedas, soñé un colibrí.Apareció suspendido en mi imaginario…
Me asomé a conocer los costados semánticos del ave, y Sucre emergió en sus significados….

Colibrí…
símbolo azteca de guerra…
signo de amor y fraternidad Tsáchila…
Colibrí, vuelo ascendente
Pequeñez milagrosa…
Flota, avanza, sube y baja…
Viaja veloz o se apiedra…
Colibrí, amor fraternal
Ala que rota, acaricia,
discreta aceleración del aire
Reto que liba las distancias…
Colibrí maestro
Colibrí, plumas de sol
Real maravilloso vuelo...
Fraternidad, sutileza.
Destino de gloria…
Magia sempiterna,
mito de origen,
símbolo de Patria…

El General Sucre es el Padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del Sol; es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro el imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco-Capac y contemplando las cadenas del Perú rotas por su espada.
Lima 1825.
Simón Bolívar

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