jueves, marzo 22, 2007

LIBELULA....


En los espacios de la revolución, y en los espacios del alma, siempre hay señales que más allá de lo ideológico, ratifican que somos humanidad, que somos ecología, que somos posibilidad cierta de un gran cataclismo que rescate la vida...
Más allá de las militancias pragmáticas, siempre aparece un ala sobrevolando los desánimos, un bálsamo que cura las fracturas, un corazón que "bate su marca a sol y tiniebla"...
Por eso, cuando miro a mi alrededor, y el alimento viaja moribundo contracorriente, río arriba hacia las nadas, y las ronqueras conquistan la palabra, y nos invaden las guerras que llevamos por dentro y por fuera, tiendo puentes con la mirada y los poros...Lanzó un ceño, o una sonrisa, un aullido, una lágrima, un mito...Y me conmueve la fortaleza de sueños, de carne y huesos, que alberga la telúrica decisión de vencer...
Veo bocas que lanzan poemas, siento almas que sienten, y cuerpos que razonan...
Me encuentro con un catálogo de formas y acciones que sin duda empujan el cascarón que cree contener el despertar de Bolívar...Se quiebra, día a día...

No hay nada que hacer, continuadores de la mentira...
Nada que hacer, maquilladores de la muerte...
Nada que hacer, propulsores del dinero...
Nada que hacer, gramáticos de la mala conciencia...
El despertar está en marcha...y como dice mi abuelo..desde la infinitez de la sangre que nos hermana:Mija...siempre se joden...

Por eso, valga este tributo a cada uno de los signos de luz que titilan en la semioscuridad que nos rodea..."Porque...sus luces van a lumbrando....caminos que no regresan, caminos que se vislumbran definitivos y de belleza..."

Cito al boliviano Vadik Barrón que desde 1976 reside en Bolivia. Se forma en la ciudad de Oruro y La Paz, donde vive actualmente. Tiene publicado Cuaderno rojo (poemas), y otros inéditos. También cuenta con varias participaciones en suplementos literarios, y un amplio desempeño en el campo teatral y musical.


Para Libeslay Bermúdez...

LIBÉLULA
La libélula es un ángel caído en desgracia
que doma – incansable – el aire arisco.

La libélula es hija del helicóptero y la abeja ,
curiosísima aventura.

Cuando nos presta sus ojos
podemos ver – en el día – las estrellas
que azulean.

Con el más leve sonido ,
en las paredes de yeso
su escasa sombra aterra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermana de nubes, te abrazo desde un eterno contínuo, desde las franjas suaves de la aurora, desde el tímido rincón de la felicidad que la palabra esconde, desde mi más corto recuerdo hasta ti...